En 1682 la Hermandad del Cristo de la Sangre, Virgen de la Candelaria y San Juan Bautista, residente en la iglesia de San Francisco de Paula, contrata con el imaginero Felipe Martínez la realización de un crucificado, junto a las imágenes de los cuatro doctores de la iglesia y un paso para representar el misterio alegórico titular de la hermandad. Esta corporación decayó en su actividad hasta extinguirse y en 1844 Félix González de León señala que el único crucificado que existía en dicha iglesia (actualmente llamada del Sagrado Corazón de Jesús, en la calle Jesús del Gran Poder) era el de la mencionada hermandad.
En 1868 ese templo fue suprimido por la Junta Revolucionaria, llevándose sus bienes al convento de Madre de Dios para su distribución por distintos templos. Entre ellos se encontraba la imagen del Cristo, que fue solicitado para su oratorio privado por José María Cisneros y Lanuza, concediéndosele el 11 de diciembre del indicado año. Entonces sería restaurado por el imaginero Emilio Pizarro Cruz.
Al fallecimiento de José María Cisneros, su hijo Honorio no se llevó a la imagen consigo que quedó en el domicilio paterno. Conocido el hecho por Pizarro, lo puso en conocimiento de la hermandad, que se veía precisada de adquirir una imagen de mejor hechura que la que antes tenía, realizada con la técnica del papelón y había precisado de varias restauraciones. Desde 1875 la hermandad realizó diversas peticiones al arzobispado para la cesión en calidad de depósito de la imagen, contando con la oposición de Honorio Cisneros, aunque finalmente el 31 de octubre de 1881 le fue notificada la cesión, siendo llevado a San Vicente.
Para adaptarla al momento que se representa en el paso de misterio, el mencionado Emilio Pizarro Cruz le hace una primera restauración, consistente en una nueva policromía, en tonalidad más suave y con regueros de sangre menos pronunciados, procediendo igualmente a tapar la llaga del costado que primitivamente tenía la imagen, ejecutando una cruz para que pudiera colocarse en el paso.
El propio Pizarro le colocó pestañas a la talla en 1896 y en 1948 por Germán Rodríguez Tovar se procedió al ensamblaje al haberse apreciado holgura en la cogida a la cruz.
Años 20
Año 1950
Cultos
Salida procesional
Más recientemente ha tenido nuevas restauraciones. La primera de la que tenemos constancia se produjo en 1971, por el imaginero Manuel Escamilla, consistente en fijar los ensambles de los brazos y volver a colocar pestañas. A partir de 1990 comienza un proceso de restauración integral del paso del misterio, que incluyó a todas las imágenes, y se comenzó por sustituir la cruz del Cristo, que presentaba grandes grietas producto de la holgura que sufría en el cajillo del paso, lo que motivaba un cimbreo constante. La cruz, realizada en madera de caoba, es obra de Juan Mayorga Páez en 1990. Entre el 10 de diciembre de 1991 y el 26 de marzo de 1992 fue la imagen intervenida por Enrique Gutiérrez Carrasquilla y Pedro Enrique Manzano Beltrán.
Los restauradores procedieron, previa separación de todas las piezas, a afianzar sus múltiples deterioros, volviendo a ensamblar la cabeza y brazos, colocando un nuevo sistema de cogida de la imagen a la Cruz por el tronco, limpiando y fijando su policromía y suprimiendo las pestañas postizas, limpiando ambos ojos de los pegamentos acumulados por la colocación de éstas, devolviendo a la imagen la mirada que se encontraba perdida.
Más recientemente, por parte del mencionado Pedro Manzano, se ha vuelto a trabajar sobre la imagen dos veces, la primera se desarrolló en la propia capilla donde recibe culto entre el 15 y el 23 de febrero de 2007, y consistió en la consolidación de fisuras, fijación de policromía y reposición de lagunas de la misma. Más alcance tuvo otra desarrollada dos años más tarde, ya que al observarse una grieta en uno de los muslos, el restaurador avisó de la conveniencia de efectuar un estudio por tomografía axial computerizada (TAC) que no pudo realizarse en 1992 para determinar su alcance. Por ello, al bajarse del paso tras la Semana Santa de 2009, el 22 de abril, fue trasladado hasta su estudio previa la realización del TAC y descartarse problemas estructurales. La intervención consistió entonces en la limpieza de un estrato superficial consistente en una capa de goma laca que le había sido aplicada a la imagen, la reintegración de las lagunas ya efectuadas en 1992 y 2007, a consecuencia de la diferencia que presentaba tras la limpieza, el restañamiento de grietas superficiales, y la localización y reintegración de un ataque de microorganismos en la cadera en su unión con el sudario.