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La historia material de la imagen es bien conocida, pues se trata del titular de una hermandad de sacerdotes fundada en 1641, que encargó a Felipe de Rivas la talla. Sin embargo, la peste de 1649 acabó con la vida de la mayoría de sus miembros, y el día 23 de agosto de ese año el clérigo Francisco Ortiz, que se declaraba fundador de la hermandad cuyo Cristo estaba puesto en la capilla del sagrario en un altar llevadizo, al no haber hermandad, le donó la imagen a la Hermandad de las Ánimas Benditas.

La recibió Antonio del Castillo, como mayordomo, para que estuviese en la capilla de la cofradía por siempre jamás. A la imagen se le realizó un retablo, obra de Blas de Escobar, cuyo dibujo se había aprobado el 7 de febrero (tal vez por conocerse ya la futura donación), según contrato suscrito el 18 de agosto del mismo año, obra que se concluiría el 10 de mayo de 1650, en que el tallista otorgó la carta de pago por la ejecución del retablo.

De ambos acontecimientos hay recuerdos tanto en la fachada (lápida en castellano antiguo) como en el interior (pinturas en el presbiterio) del templo.

Sin embargo, puede que debido a que la Hermandad de las Ánimas no le prestaba la atención debida y a que se hallaba dentro de la capilla del sagrario, el párroco de San Vicente, Alonso López de las Doblas le donó en 1674 la imagen a la Hermandad Sacramental, con la condición que presidiese el altar nuevo que se había de construir y se le hiciera una misa todos los viernes del año.

La Cofradía del Santísimo que decidió acometer una obra en la capilla para acondicionarla al nuevo retablo que habría de presidirla con la imagen del Señor con la Cruz a cuestas.

Ntro. Padre Jesús de la Divina Misericordia
Primera salida procesional
Paso procesional
Ntro. Padre Jesús de la Divina Misericordia

La imagen fue objeto de una intervención de resultas de su incorporación al cortejo procesional, única que ha sufrido la talla en toda su existencia. La intervención se llevó a cabo por el imaginero Luis Ortega Bru, que dejó su impronta al incorporar un nuevo cuerpo, conservando las manos y cabeza, aunque retallada y variada en su postura, bendiciéndose la talla el 2 de abril de 1977. Como curiosidad, debemos añadir, que los trabajos fueron realizados en Madrid, en donde residía el imaginero entonces. La cruz procesional fue obra del tallista Manuel Guzmán Bejarano en el propio año 1977.