Este mes hemos vuelvo a celebrar el solemne quinario, la función principal de instituto, el ejercicio del Vía Crucis por la feligresía el besapies y besamanos en honor de nuestros sagrados titulares.
Con la llegada de febrero, nuestra archicofradía se revitaliza una vez más e inicia la preparación de la próxima Semana Santa con la celebración de los cultos en honor del Santísimo Cristo de las Siete Palabras, María Santísima de los Remedios y San Juan Evangelista. Para ello, nuestra priostía comenzó a erigir un aparato de cultos que nos retrotrajo a épocas anteriores, disponiendo un majestuoso altar para celebrar el solemne quinario. El mismo contó con tres alturas y más de ochenta cirios, completado con dos arbotantes cedidos por la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina, a quien agradecemos su aportación desinteresada para el máximo lucimiento de nuestros cultos.
Para la ocasión el Santísimo Cristo portaba las potencias de metal dorado y pedrería obra de Antonio Rangel en 1955. La Santísima Virgen lucía saya negra bordada por Martín Santonja en 2015, manto de terciopelo negro bordado en oro por el Taller de Santa Bárbara cedido por la querida Hermandad de Vera Cruz, puñal de plata sobredorada de Hijos de Juan Fernández en 1996 y broche con el nombre de “Vera-Cruz” fruto del hermanamiento con dicha corporación tras nuestra estancia en la capilla del Dulce Nombre durante las últimas obras en San Vicente. Por otro lado, San Juan Evangelista portaba el mantolín bordado por Martin Santonja en 2005 y las tres Marías sus habituales ropajes de salida, obras de las hermanas Antúnez.
Durante los días 6, 7, 8, 9 y 10 de febrero celebramos el solemne quinario, realizando distintos hermanos el ejercicio de quinario previamente y presidiendo la cátedra del mismo nuestro hermano don Marcelino Manzano Vilches, director espiritual del Seminario Metropolitano y delegado diocesano de hermandades y cofradías de Sevilla. En esos días, Marcelino nos transmitió que Cristo es nuestra única verdad y como cristianos es nuestro sustento seguro. Además, nos quiso mostrar que es Dios el único capaz de colmarnos de alegría plena y gracias a Él somos creados por y para amar. El último día del quinario celebramos procesión claustral con el Santísimo por las naves del templo, visitando todas las capillas de nuestra parroquia, haciendo testimonio de nuestro sentido sacramental.
En estos días, comenzaron a formar parte de nuestra corporación hermanos de diversas edades a los que nuestro hermano mayor se dirigió para recordarles que una vez juran nuestras reglas, las Siete Palabras es una parte importante de ellos y que siempre estará disponible para atenderlos. Por otro lado, fueron días de celebración pues concedimos a los hermanos con 25 años de antigüedad el diploma que reconoce su compromiso con nuestra corporación.
Jura de nuevos hermanos
Hermanos que han cumplido 25 años de pertenencia a nuestra hermandad
Procesión claustral del Santísimo por las naves de San Vicente
El 11 de febrero celebramos el culto interno más importante de nuestra archicofradía: la función principal de instituto. A pesar de la lluvia que marcó el día, nuestra parroquia se llenó completamente de hermanos y se produjeron muchos reencuentros habituales en estas fechas, similares a los de la mañana del Miércoles Santo, en los que nuestros mayores recuerdan las celebraciones de épocas atrás y como, aunque hayan transcurrido los años, la solemnidad de la función principal sigue intacta, mientras los más jóvenes comienzan a hacer de este día un rito especial para ellos, acompañados de sus familiares y amigos. Además, en este día tan importante, tuvimos la suerte de que nos acompañaran las hermandades del Miércoles Santo y de toda la feligresía, la Hermandad Sacramental de Castilleja de la Cuesta y la Hermandad Sacramental de San Ildefonso de Jaén, así como el presidente de la Audiencia Provincial, el tesorero del Consejo de HHyCC, el director del Banco de España y una representación del Ayuntamiento de Sevilla, a todos ellos agradecemos su presencia.
Oficiada también por Marcelino Manzano, en esta ocasión nos recordó que el Señor nos llama a imitarlo y que la caridad que nos esforzamos por prestar no será plena si la hacemos al margen de Dios y del Evangelio. Durante la ceremonia volvimos a renovar el juramento de las reglas y el compromiso de cumplirlas y hacerlas cumplir. A la finalización de la función hicimos entrega a nuestros hermanos que cumplían 50 años de fidelidad a nuestra archicofradía de la medalla dorada de la archicofradía y a Emilio Olloqui Martín, número 2 de nuestra corporación, entregamos cordón de oro como emblema de sus 75 años continuados como hermano de la hermandad.
Tras ella tuvimos la tradicional comida de hermandad, este año en el hotel Fernando III, al cual agradecemos su acogida, y de las que pudimos disfrutar con una gran variedad de aperitivos y platos que nos permitieron cerrar esta semana tan importante para nuestra corporación con la mejor de las sensaciones posibles.
A la semana siguiente, el viernes 16 de febrero, teníamos una nueva cita con nuestra archicofradía. En torno a las 18.00 de la tarde nos disponíamos a celebrar el ejercicio del Vía Crucis con el Santísimo Cristo de las Siete Palabras por las calles de la feligresía, culto que se repuso el año pasado con la actualización de las reglas. Para la ocasión el cortejo se compuso con cerca de 40 cirios, acompañado por nuestro cuerpo de acólitos y dos faroles que alumbraban al Santísimo Cristo. A las 19.00 se abría la puerta ojival de San Vicente y comenzaba el rezo del Vía Crucis, en el cual se rezaron estaciones ante la capilla del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de las Esclavas, de las hermandades de la Vera-Cruz y de las Mercedes de la Puerta Real y en la fachada de nuestra antigua capilla en el Convento Casa Grande del Carmen, actual conservatorio de música. Musicalmente nos acompañó la Coral Polifónica de Jesús Despojado, a quienes agradecemos su trabajo y buen hacer por engrandecer la solemnidad de este culto externo.
Por último, el pasado domingo en la capilla del sagrario celebramos solemnes besapies al Santísimo Cristo de las Siete Palabras y besamanos de María Santísima de los Remedios. Para este culto, nuestro equipo de priostía dispuso a nuestros amantísimos titulares recordando a los altares que se montaron en los años 1932 y 1933 para la Semana Santa, años en los que nuestra archicofradía decidió no realizar estación de penitencia. Para ello, alrededor de las imágenes del Crucificado, la Virgen y San Juan, se dispuso al grupo escultórico de las marías, obra de Manuel Gutiérrez-Reyes Cano. El Santísimo Cristo de las Siete Palabras lució las potencias de plata sobredorada de Orfebrería Andaluza de 1992 y el resto de las imágenes la ropa que llevaron para el quinario de la semana anterior.
Fotografías: Práxedes Sánchez M., Rechi (Vía Crucis), Miguel Ángel Quesada (Vía Crucis).