“Jornadas de Puerta Abiertas” de las Hermandades de Gloria

‘Jornadas de puertas abiertas’ de las Hermandades de Gloria: 21 al 23 de Mayo de 2021
Archicofradía Sacramental de Las Siete Palabras – Parroquia de San Vicente Mártir

Banderín y varas del Rosario. Se conservan dos varas con el escudo de la Hermandad del Rosario, cuya datación se desconoce, pero que por sus características pueden encuadrarse en el siglo XIX.
En 2008 Mariano Martín Santonja pasó a tisú de oro blanco el escudo del antiguo estandarte de la Hermandad del Rosario, que se conservaba y cuya ejecución puede fecharse a finales del siglo XIX.

La Hermandad de Nuestra Señora del Rosario y Cristo Crucificado se funda en la parroquia de San Vicente en 1672, redactando sus primeras reglas en 1691. Como otras hermandades con la misma advocación es el rezo a diario del rosario el principal fin de la corporación, haciéndose de manera pública por la calle.

En la parroquia tiene capilla propia, junto al presbiterio a la cabecera de la nave de la epístola, que en 1861 se une con una aledaña permitiendo el acceso directamente desde la nave, ya que anteriormente se realizaba desde el propio presbiterio. Entonces se remoza el recinto, colocándose el retablo, formado por piezas procedentes del convento casa grande del Carmen. Pese a su reciente reforma, la imagen de la Virgen se traslada en 1884 a la capilla del Sagrario, tras unas obras de remodelación de la parroquia. Su capilla desde 1945 se le cede en usufructo a la Hermandad de las Penas.

La vinculación con la Hermandad Sacramental se hace más patente con la fusión con la misma en 1947, en un intento por revitalizar ambas, que no se encontraban en su mejor momento histórico, no lográndose tampoco el necesario empuje, hasta el punto de que en 1960 se acuerda su fusión con la Archicofradía de las Siete Palabras, que desde entonces la acoge como su titular, habiendo recuperado su salida procesional de manera regular desde 2003.

Cristo crucificado. La Hermandad del Rosario lo tenía como titular igualmente, tratándose de una imagen de pequeño tamaño, fechable en el siglo XVII, que se sitúa a los pies de la Virgen del Rosario y coronando el sagrario de la capilla sacramental.

Saya verde bordada en seda azul. El ajuar de la Virgen del Rosario es amplio, de las más curiosas es la bordada sobre un color verde caqui con sedas de color azul, con la técnica de bordado de mantón, seguramente fechable en la primera mitad del siglo XX.

Lienzos de simpecado. El simpecado es una insignia típica de las hermandades del Rosario, ya que presidía el rezo público de la oración avemariana, conservándose, dos de ellos, cuyos lienzos, restaurados en 2011 por Pedro E. Manzano Beltrán, se han enmarcado para su mejor preservación.

El primero fue realizado por Francisco Ximénez en 1777 para el simpecado que bordaron ese mismo año Julián de Paradela y Vicente Paradela Espinosa y Criado.

Imagen de gloria de la Virgen de la Cabeza, que se ha identificado como la originaria de la corporación. A la talla se la considera como obra del escultor flamenco Roque de Balduque y se la sitúa cronológicamente hacia la mediación del siglo XVI.

José Bermejo habla claramente de la talla que hoy conocemos como la que él conoció en la capilla de la hermandad cuando se inscribió en la misma a mediados del siglo XIX. Era pues la imagen que presidía la capilla en el convento del Carmen y en torno a la que se fundó la hermandad, si bien debe ser la obra postrera del imaginero, que falleció en 1561.

La imagen de Nuestra Señora del Rosario Se desconoce la autoría y fecha de ejecución de la imagen de la Virgen, que ha sido, como tantas otras, objeto de diversas atribuciones, por lo que debemos mantener en el anonimato la autoría de la efigie y señalar algunos datos extraídos de los documentos examinados.

En primer lugar, la datación de la talla original bien puede situarse en el seiscientos, dado que las reglas originales de 1691 ya señalaban que los hermanos juraban su ingreso en la corporación ante la imagen de la Virgen. En 1711, la hermandad participó con su imagen en su paso en una procesión extraordinaria organizada por la Hermandad Sacramental.

Otro dato interesante lo constituye la fecha de la salida procesional de la imagen. No se efectuaba este culto externo originalmente y solo hasta 1777 no existe constancia que lo hiciera, y un año después la hermandad construye elementos procesionales como unas parihuelas, una peana dorada y decorada con unos misterios y una ráfaga. Por todo ello parece que en esa época pudo producirse la transformación de una imagen de talla en una imagen de vestir.

Manto rojo liso. Realizado para el ajuar de diario de la virgen del Rosario por Juan Antonio Curquejo. (1994)

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús fue colocada en un altar de la capilla de la hermandad y bendecida por el cardenal Sanz y Forés el 26 de enero de 1891, concediendo ochenta días de indulgencia a los que la visitasen. De marcado hieratismo presenta el rostro alto, la boca abierta, ojos de cristal y su principal característica que la hace singular entre las de la misma iconografía: es una imagen de vestir obra de Emilio Pizarro Cruz que, no obstante, presenta tallado en su pecho la alegoría del Corazón Divino.

Integrante de un paso alegórico, que una vez terminado, nunca llegó a procesionar. En 1951 fue retirado del culto y sustituido por una imagen seriada y se repuso en 2016, luciendo túnica bordada en oro sobre merino, obra de Antonio Gómez Sánchez en 2019.

Saya blanca. Haciendo juego con el manto de salida y con la túnica del Niño Jesús se realizó por Manuel María Ariza en 1863 una saya blanca bordada en oro igualmente, en la que se aprecia un dibujo con alguna asimetría central, destacando un ramo con una rosa a gran realce.

Lienzos de simpecado. El segundo, fue realizado por Manuel María de la Vega en 1800 para el simpecado bordado por Juan Narciso de Alarás.

 

Texto realizado por NHD. Rafael Jiménez Sampedro

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