EXALTACIÓN DE LA EUCARISTÍA

LA “EXALTACIÓN DE LA EUCARISTÍA” VUELVE A SU UBICACIÓN ORIGINAL EN NUESTRA CAPILLA  SACRAMENTAL DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE MÁRTIR.

 

Después de los trabajos de preparación y consolidación del paramento donde tenían que ser recolocados los cuadros de La “Exaltación de la Eucaristía” de Francisco de Herrera el Viejo (1641) y dos lienzos representando a Jesús como el Buen Pastor (SigloXVIII), se han colocado en su lugar original estas magníficas obras que complementan de manera singular nuestra capilla sacramental. Al mismo tiempo se ha colocado una iluminación especial que hace posible contemplar y admirar estas obras, aún a la distancia en que se encuentran, de manera extraordinaria.

El pasado martes día 7 se hizo la presentación oficial con la presencia de nuestro párroco y director espiritual D. Carlo Coloma Ruiz, nuestro hermano mayor y otros tres miembros de la Junta de Gobierno, el restaurador de las obras D. Pedro Manzano Beltrán, D. Ignacio Cano Rivero Conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla, D. Andrés Luque Teruel, doctor en historia del arte y asesor artístico de la hermandad, así como las personas que han hecho posible económicamente esta restauración, D. Roberto Domínguez, presidente del banco argentino BST y D. Andrés Joaquín Egea López del Colegio Buen Pastor de Sevilla.

Finaliza aquí un largo periodo en que la hermandad ha puesto en valor un cuadro de extraordinario valor, siempre  para mayor Gloria y veneración de nuestro primer titular el Santísimo Sacramento del Altar. Habiendo estado expuesto en el Museo de Bellas Artes como obra invitada durante un largo periodo de tiempo y posteriormente en el Círculo Mercantil e Industrial.

Desde aquí queremos agradecer en primer lugar a los Sres. Domínguez y Egea y a todos los que han colaborado para hacer realidad este gran anhelo que durante muchos años ha mantenido nuestra hermandad y que se ha hecho realidad.

Invitamos a todos nuestros hermanos y feligreses a que visiten nuestra capilla sacramental y admiren este conjunto pictórico que como dice D. Ignacio Cano:

“La obra tiene particular interés por ser la única de este característico tema realizada por Francisco de Herrera el Viejo, está firmada y fechada en 1641, se desarrolla en un plano celestial centrado por la custodia que veneran toda una corte de querubines y serafines dispuestos en círculos concéntricos y flanqueados por ángeles mancebos. En el ostensorio convergen las embelesadas miradas de todos ellos que se acompañan con gestos de adoración excepto la del ángel situado en el centro de la base que se dirige al espectador, recurso de frecuente utilización en la época. Una luz cálida que se irradia desde lo más alto inunda la composición. La luminosidad va graduándose a medida que desciende y va definiendo a su vez las formas, perfilando las figuras juveniles de los laterales mientras que en el registro superior las cabezas infantiles están apenas esbozadas”.