Tras el solemne triduo, la dolorosa fue venerada en devoto besamanos durante dos días
Como es tradición, el último mes del año trajo los cultos en honor a Nuestra Señora de la Cabeza.
Durante los días 4, 5 y 6 de diciembre disfrutamos del solemne triduo. Para ello, el equipo de priostía dispuso a la Santísima Virgen en el camarín de San Vicente, presidiendo el altar mayor de la parroquia. La cátedra estuvo a cargo del Rvdo. Sr. Don José Anido Rodríguez. Así mismo, como sucede habitualmente, el cuerpo dé acólitos de archicofradía contribuyó a ensalzar y dotar de solemnidad el culto.
El 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción y el sábado día 9, nuestra titular estuvo expuesta en solemne besamanos. Con motivo del mismo, fue colocada en el presbiterio de la parroquia con motivo de la función solemne que se celebró a mediodía.
La Santísima Virgen lucía la saya azul de Carrasquilla de 1972, el manto de Manuel María Ariza de 1864, la toca de sobremanto, también bordada por Carrasquilla, y la corona de plata sobredorada labrada por Villarreal en 1972.
El altar se completaba con una dedicatoria a la Inmaculada Concepción de María, con motivo de su festividad, con la colocación en el camarín del altar mayor una pintura de óleo sobre lienzo de escuela madrileña, fechada entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, y que representa a la Inmaculada Concepción con la luna a sus plantas, sobre la bola del mundo y pisando la serpiente del pecado.
Ambos días, cientos de fieles y devotos se acercaron para contemplar a la Santísima Virgen, en un diciembre más que pasará al recuerdo.
Fotografías: Miguel Ángel Quesada y Práxedes Sánchez Mellado