La Virgen y San José esperan la llegada de Jesús, el que vendrá para salvarnos a todos. La cuna vacía nos indica que pronto, en muy pocos días, nacerá nuevamente aquel que nos abrirá las puertas del Cielo.
«No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin»