Como ha sido intención desde esta página web desde su creación, queremos dar a conocer todos los aspectos relacionados con la Hermandad, tanto de actualidad, como artículos históricos, galerías fotográficas, rescate de imágenes antiguas, etc. Hoy podemos decir que damos un nuevo paso, al intentar dar a conocer una Hermandad no sevillana. Por todos es conocido que la Hermandad de las Siete Palabras no existe solamente en Sevilla, si no que en distintos puntos de la geografía española existen distintas corporaciones con dicho nombre, con las que nos une un importante nexo al tener idéntico título; con este artículo que nos escribe un hermano leonés queremos dar a conocer a la Hermandad de las Siete Palabras de León. Esperamos que no sea la última publicación de este tipo, para así poder conocer cada vez más sobre las distintas hermandades con las que compartimos nombre, e igualmente esperamos que os resulte interesante.
Mi pertenencia a las corporaciones sietepalabreras de Sevilla y de León ha sido el motivo que ha llevado a los hermanos Eduardo y Práxedes Sánchez a confiarme el imprudente encargo de redactar una reseña sobre la última de ellas, a la que de hecho he pertenecido toda mi vida y de derecho los últimos treinta y cinco años de forma permanentemente activa, por lo que, a poco que mi memoria se animase, el resultado podría acabar colapsando la página web o, al menos, convirtiéndose en un texto intragable para los hermanos sevillanos que sintiesen la curiosidad de conocer cómo se da culto en la tierra de adopción de San Isidoro al misterio que nos une.
No obstante, en un ejercicio de misericordia para los lectores y de laconismo leonés, creo que los cincuenta años recién cumplidos de historia de mi queridísima Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz de León pueden resumirse en una sola: “Cristo de los Balderas”. El prodigioso crucificado que Gregorio Fernández –el Montañés de la madera castellana- tallase en 1631 para la capilla de don Antonio de Balderas en la iglesia de San Marcelo de León, sede del patrono de la Ciudad, fue el origen de esta corporación penitencial, erigida canónicamente el 22 de septiembre de 1962 gracias a los desvelos del hermano Eduardo de Paz Díez, quien se convirtió en su primer Abad (léase “hermano mayor”) y continúa medio siglo después al pie del cañón como Abad Honorario. El Cristo de la Agonía –conocido popularmente como “de los Balderas”- es el único Sagrado Titular de la Cofradía, aunque la misma cuenta con otros cinco pasos de misterio de su propiedad que preceden al Señor de San Marcelo en su caminar por las calles de León durante el atardecer del Viernes Santo, a saber:
– La Segunda Palabra (el Santísimo Cristo de la Misericordia crucificado entre los dos ladrones), magna obra del leonés Ángel Estrada, bendecida en 1964.
– La Tercera Palabra (compuesta por el Santísimo Cristo de la Entrega con María y San Juan al pie de su cruz), del escultor zamorano Hipólito Pérez Calvo, obra de 1994.
– La Cuarta Palabra (el Santísimo Cristo del Desamparo con María Magdalena al pie de su cruz y dos soldados romanos jugándose las sagradas vestiduras), creación de nuestro hermano de Las Siete Palabras de Sevilla Jesús Iglesias Montero, completada entre 1996 y 2000. Desfila a hombros de 86 braceros (denominación genuinamente leonesa de los hombres de trono, que en todo caso ejercen su función con el mismo hábito -capirote, antifaz y capa incluidos- que el resto de los hermanos).
– La Quinta Palabra (compuesta por el Santísimo Cristo de la Sed, un centurión romano y dos sanedritas), tallada por el imaginero moronense Manuel Martín Nieto en 2003. Desfila a hombros de 84 braceros.
– La Sexta Palabra, dramática composición integrada por el Santísimo Cristo de la Sangre, Nuestra Señora del Calvario y María Magdalena, ejecutada asimismo por Manuel Martín Nieto en 2008. Desfila a hombros de 64 braceros.
La Cofradía mantiene la intención de los hermanos fundadores de llegar a contar con la representación escultórica de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, para lo cual sólo resta la de la Primera, proyecto que por el momento se encuentra aparcado a la espera de mejores vientos económicos para sus actuales 1.300 papones (nombre popular de los miembros de las cofradías penitenciales de León).
Los actos de culto externo que organiza la Cofradía durante la Semana Santa son el Solemne Via Crucis procesional con la imagen del Cristo de los Balderas, a partir de la medianoche del Miércoles Santo, y la procesión de las Siete Palabras, desde las 6 de la tarde del Viernes Santo, en cuya presidencia figura un hermano con la túnica de la “Madre y Maestra” Hermandad sevillana, que fue donada a la leonesa a mediados de la década de los noventa por la Junta de Gobierno de entonces. Aquel hermanamiento embrionario fue definitivamente formalizado en la función principal celebrada en nuestra iglesia de San Vicente de Sevilla el 12 de febrero de 2006 y ratificado el Miércoles Santo del mismo año, cuando el Abad Honorario de la Cofradía leonesa hizo estación de penitencia con nuestra túnica de terciopelo rojo, capa negra y antifaz blanco en la presidencia del palio de Nuestra Señora de la Cabeza.
El mismo Viernes Santo, con carácter previo a la procesión, la Cofradía organiza el Sermón de las Siete Palabras en la iglesia de San Marcelo, acto que se celebró al aire libre hasta 1970 en la plaza anexa a la misma, lo cual originó la anécdota más conocida –pero no por ello menos cierta- de cuantas pueblan la cincuentenaria historia de la corporación: predicaba aquel año don Librado Callejo, Canónigo Magistral de la Catedral de León, quien, al comenzar su glosa de la Quinta Palabra del Señor en la Cruz, lanzó a los cuatro vientos un “tengo sed” tan arrebatador que los cielos se abrieron en ese mismo instante y cayó una tromba de agua que disolvió como un azucarillo el acto del Sermón, la procesión y el Viernes Santo entero.
Por último, en lo que a los actos semanasanteros se refiere, en la mañana del Jueves Santo un nutrido grupo de hermanos de túnica pregona a caballo desde 2005, por las calles y plazas del viejo León, los actos centrales de la Cofradía del día siguiente mediante un texto poético compuesto para la ocasión.
Cuatrocientos cincuenta y un años de historia separan las fechas de fundación de nuestras dos corporaciones y, así, si en 2011 nuestra Hermandad sevillana celebraba el quinto centenario de su fundación, su filial leonesa conmemoraba en 2012 el cincuentenario de la suya, cuyo acto central fue la salida extraordinaria del Cristo de los Balderas en andas a la Santa Iglesia Catedral de León el 14 de septiembre -festividad de la Exaltación de la Santa Cruz-, portado a hombros por miembros de la Guardia Civil (Hermana Mayor Honoraria de la Cofradía) para la celebración de un solemne pontifical por el Obispo de la Diócesis, y su vuelta triunfal a San Marcelo ya en su paso procesional “pujado” por sus braceros en la noche del mismo día.
Muchas diferencias existen entre mis dos queridas hermandades -quizás la principal sea la ausencia de los carismas eucarístico, glorioso y de ánimas en la leonesa- pero todas ellas son puramente externas en lo penitencial, derivadas de las diferentes tradiciones en que se enmarcan, ya que en lo que realmente importa -la devoción por el Señor en sus Siete últimas Palabras en la Cruz- son idénticas y puedo deciros que, como le escribí una vez a mi Cristo de los Balderas, siento que no falto de su lado cuando en la noche de Miércoles Santo le acompaño en su forma de Rey de Reyes sevillano:
Vuelvo a huir de la ceniza
y amanecer a tu abril
con un cirio en el cuadril
de mi lealtad tornadiza.
Señor de tierra plomiza,
si mi alma es toda tuya
y metido entre la bulla
llevo tu estampa en mi mano,
yo seré tu nazareno,
Tú mi Cristo sevillano.
Hno. Mario Díez-Ordás
Fotografías: Javier Cuadrado Diago, Gonzalo Márquez García, Jesús Javier Quintana San Martín, archivo de la Cofradía